Los valores son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan la conducta. Formados por un conjunto de principios, normas éticas y morales que determinan el comportamiento.
Los
valores más importantes de la persona forman parte de su identidad y están
íntimamente relacionados con nuestras emociones y sentimientos.
Los valores son
los criterios que dan sentido y significado a la cultura y a la sociedad total.
Nuestra sociedad actual se caracteriza por una
ausencia de valores. La mentira, el miedo, la corrupción, la violencia, el
robo, son la realidad cotidiana. Los antivalores han invadido todos los
sectores: familiar, social, político, económico, cultural, religioso. Estas
características generan confusión, desorientación y conductas nocivas e incluso
patológicas. El sentimiento de vergüenza, honor y culpa, ha desaparecido. En el
ámbito familiar: maltrato y ausencia de normas de urbanidad y respeto entre la
pareja, hacia los hijos, a los padres, a los abuelos.
En
el ámbito educativo: lesfuerzo, fomentada por la promoción automática,
igualdad a la baja, sin olvidar el acoso escolar.
En el terreno laboral: moving, acoso psicológico,
sexual.
En
los medios de comunicación: La información veraz de lo cotidiano cargada de
antivalores. Las emisiones que difunden estereotipos basados en una sociedad
mercantilista y de consumo; promovido y diseñado por la industria.
En
los espacios públicos: falta de seguridad ciudadana motivada por el vandalismo,
robo, generando desconfianza y sospecha.
En
el ámbito político: determinados personajes buscan el adocenamiento de las
masas para manipular y perpetuarse en el poder para su beneficio y
enriquecimiento personal.
La
sociedad capitalista prima el comportamiento egoísta, la sociedad de consumo
genera una confusión mental basada en elementos externos, fomentando la
ambición, codicia, envidia, pasión por el dinero, lujo, los bienes
materiales.
La crisis por la que atravesamos no es una crisis
de valores en sí, sino del sentido de éstos y de
nuestra aptitud para gobernar y orientar los actos humanos. La descomposición
social que se vive en la actualidad, abarca todos los ámbitos de la vida diaria.
Comienza desde el ejemplo que dan los gobernantes terminando con el
comportamiento del niño en el colegio. Aunque parezca un sin importancia y
fácil de resarcir, no es así. Es totalmente lo contario, es un tema
transcendental para vida humana en general y que se encuentra en todos los
rincones del planeta tierra.

Media humanidad sufriendo de hambre y la otra mitad
de obesidad. A nivel individual disminuye o desaparece el aprendizaje y el gusto por la
educación, cultura, respeto por los semejantes y la satisfacción de los
sacrificios recompensados con el éxito. Para los jóvenes de hoy es más fácil robar y pelear,
que el trabajar honestamente por lo que, se quiere lograr. Se vive en un
constante irrespeto hacia los derechos del otro y en especial
si este es una persona mayor. Aunque suene dramático, mucha gente se pregunta
a dónde iremos a llegar.
Ética y política: valores para un buen gobierno

Una clasificación general respecto al personal
que opera en el gobierno señala que existen dos tipos de personas que
participan en la dirección y operación de las instituciones, éstos son:
políticos y funcionarios. Ambos tipos tienen por objetivo común servir a la
sociedad a la que representan, lo que los coloca como servidores públicos. Para
lograr buenos resultados en todo gobierno se requiere contar no sólo con
funcionarios responsables, se necesitan también políticos responsables puesto
que son éstos últimos quienes gozan del máximo margen de autonomía en las
decisiones, y de éstas decisiones depende a su vez la actuación de los
primeros. La ética para los servidores públicos se refiere a situaciones de
aplicación. El bien común, lejos de ser una abstracción, se materializa en cada
acto realizado en las múltiples instancias de la Administración Pública. Es la
suma de miles de decisiones diarias de los servidores que laboran en las
organizaciones públicas. Cada funcionario se encuentra diariamente con dilemas
éticos que unas veces resuelve de manera rutinaria y otras como resultado de
una profunda reflexión. Aunque el sentido común alberga principios básicos que
nos permiten conocer lo que es correcto de lo que no, existen situaciones en lo
que lo bueno no siempre resulta evidente. La decisión en un conflicto puede ser
equivocada si la persona no cuenta con una escala de valores que le permita
discernir adecuadamente. En el momento en que el hombre decide y actúa la
respuesta puede ser justa o injusta, adecuada o inadecuada. Por eso es
importante que los servidores públicos cuenten con un marco que les sirva de
guía en sus decisiones. De esta manera, la ética pública da al servidor público
un conocimiento que le permite actuar correctamente en cada situación por
difícil que esta sea al ofrecer criterios para encontrar soluciones adecuadas.
La razón por la que la ética es un
instrumento necesario radica en que ésta se orienta al estudio de las acciones
humanas por lo cual las explicaciones a las distintas conductas giran en torno
a esta disciplina. Cada acto que realiza el hombre tiene su fundamento o
justificación en la ética. Cuando los hombres públicos responden a una
filosofía ética, se auto controlan al ser responsables de su conducta y de cada
uno de sus actos. De esta manera, la ética es el mejor instrumento porque
conlleva el autocontrol mediante el uso correcto de la razón a partir de la
idea de servicio colectivo, elemento importante en los servidores públicos.
¿Qué se persigue con la ética pública?

Algunos principios que acompañan al político
y al funcionario son los siguientes:
a) Autoridad. La teoría política enseña que la autoridad
es la facultad o potestad que tienen los gobernantes para mandar mediante
tareas que beneficien a los gobernados. Cuando la autoridad no se entiende como
servicio a un bien común dicha acción se corrompe y se transforma en
despotismo. El despotismo es una forma de poder anti político. Cuando el poder
va acompañado de autoridad resulta una acción eficaz en orden a procurar el
incremento de bien en aquellos a quienes se dirige.
b) Honor. Entendido como el reconocimiento a las acciones
emprendidas que tengan algún merito. Busca la estima de los demás. Tiene que
ver con las obras buenas que realice un individuo. Un hombre malo no podría
merecer honor, siendo éste el premio a la virtud que se otorga a las personas
con buena fama. El honor es tan importante que algunas personas hacen de éste
su principio en la vida, sin embargo, a pesar de ser una virtud es por pocos
aspirado, pues al parecer “a la mayoría de los hombres les mueve más la avidez
de riqueza que de honores.” De no ser así, al tratar asuntos de mucha
importancia ocasionarán graves daños al Estado. Si los cargos públicos son
honores del Estado, quien ocupe un cargo público tiene el deber de honrarlo, y
la mejor manera de hacerlo, es emprendiendo obras que sean dignas de elogio.
Cuando el principio de honor lo adquieren los miembros que integran un
gobierno, sin duda éstos realizarán obras que beneficien a todo el Estado,
generando a su vez el reconocimiento de ser un “buen gobierno”.
c) Justicia. La justicia tiene que ver con un bien para
otro. Es la práctica de la virtud total para con otro. A pesar de ser la
justicia un bien para el Estado y un elemento importante de la política, no es
fácil ponerla en práctica. En ocasiones, los encargados de ejercerla la descuidan
o la dejan de lado, lo que da origen a que haya muchos agravios sobre todo para
los más débiles. El hecho de que se omita tiene un precio: el sufrimiento
humano. Los sufrimientos vienen en distintas formas: pobreza, desempleo,
hambre, dolor, muerte. Pero lo peor es que estos sufrimientos se perpetúan y
crecen. El observar tanto dolor en los gobernados habla de la impotencia de los
gobernantes del olvido que han hecho de la justicia.
d) Libertad. El hombre libre es aquel que puede
gobernarse por sí mismo y es capaz de dominar sus apetitos y pasiones por medio
de la razón. Y esto no lo hace por reprimirse sino porque ha pasado a un nuevo
nivel de conciencia. La libertad va acompañada de ciertos elementos, implica
cierta sabiduría, poseer algunos conocimientos, tener educación. Respecto a la
libertad de los pueblos, la teoría política sostiene que hay dos condiciones
para que un Estado sea llamado como tal, estas son: “riqueza y libertad”.29 La
riqueza proporciona la autosuficiencia, la libertad concede la soberanía,
autonomía e independencia. Es responsabilidad de los representantes del Estado
evitar que el pueblo caiga en la esclavitud. Si un gobierno esclaviza a su
propia comunidad es un gobierno tirano. Cuando se gobierna un pueblo se
pretende, no que éste viva como esclavo, sino que sea libre.
e) Prudencia. Es una disposición de la acción que va
acompañada de una deliberación con respecto a lo que puede ser benéfico o
nocivo para el hombre. La prudencia se enfoca a los casos particulares, se
manifiesta en el saber, en la experiencia y en la capacidad de obrar. Se basa
en el principio racional el cual reflexiona y elige lo que es mejor para posteriormente
manifestarlo en la práctica. El hombre prudente tiene la capacidad para decidir
convenientemente asesorado por el principio de la recta razón. “Es prudente no
aquel que tan sólo posee la norma recta de conducta, sino que también obra
asesorado por un principio racional, por lo que considera ser lo mejor... al
hombre prudente le corresponde llevar a la obra lo que es recto.”
Análisis y conclusión:
Es imprescindible rediseñar y volver a educar a la
sociedad, empezando desde los niños que son el pilar fundamental del futuro.
Debemos introducir en las primeras etapas de la educación asignaturas donde se
siembren valores sociales; haciendo renacer conductas morales y éticas.
Para tener una concepción positiva de la vida, hay
que empezar por respetarse a uno mismo, es lo que llamamos el auto respeto.
No se puede seguir buscando responsable de la
violencia, más bien asumir compromisos sobre que podemos aportar para
minimizarla. Incentivar el amor entre los semejantes y no el odio. Fomentar el
amor a la patria y a la familia. La familia es la base de la sociedad.
Incentivar no solo en los colegios sino en los
foros sociales valores tales como la amistad, cooperación, justicia, equidad, confianza y tolerancia. Que estos valores sean tomados en cuenta como
premisa del trabajo en equipo de las comunidades.
La religión también
es parte fundamental de la sociedad, el ser humano debe mantener creencias
religiosas y sentir temor al castigo moral.
Bibliografía:
http://www.encuentros-multidisciplinares.org/Revistan%BA27/Oscar%20Diego%20Bautista.pdf